lunes, 16 de febrero de 2009

Seguimos en Jujuy

Nos levantamos tarde esa primera mañana en Jujuy. Y es que entre tanto micro de acá para allá, necesitábamos descansar, al menos yo. Que soy como un bebito, si me quitan mis horas de dormir, me pongo muy repugnante jajajaaj
Desayunamos opíparamente: Café, leche, dulce de leche, diversas facturitas, tostadas, queso para untar, diferentes tipos de mermeladas, yo qué sé cuantas cosas tenía Juana, debió pensar que íbamos un regimiento a su casa
Casi se nos juntó el desayuno con la comida.
Antes, entre uno y otro, nos dio tiempo a dar un paseo por Jujuy, un día maravilloso: sol, luz, gente, bullicio
Calles de jujuy
La fisonomía de la gente era muy diferente a la de Buenos Aires y Bariloche. Me parecía que estaba entre incas, aztecas, quechuas.
Esa tarde, después de comer, nos fuimos al mercado. Allí compramos diferentes Yuyitos (Hierbas de todas clases) que nos traerían grandes quebraderos de cabeza. Pero bueno, eso es otra historia. Los yuyitos son hierbas que sirven para muchas cosas: Para tener buena salud, para que venga la suerte, el dinero, el amor, en fin, cuantas cosas desees. Hay que quemarlas y sahumar con ellas, aquello que quieres que se impregne, aparte del humo, la suerte, el amor, dinero, salud etc, etc. Incluso hacen las bolsitas personalizadas, según de que quieras tener un poco de más. Las hay rosa fucsia, verdes azules, marrones, violetas, estos son como una especie de resina, y cada una simboliza algo, ahora no me acuerdo de que colores simbolizan cada cosa. Pongo foto aclaratoria.
Tienda de yuyitos y yuyitos
Cuando llegamos a casa de Juana, ella, hizo el pachamama, sahumar toda la casa con los yuyitos. Es decir, sartén en mano, y hechas las brasas, se paseó por toda la casa, ahumando o sahumando todo. Incluidos nosotros jajajajajaj. Fue muy divertido, pero si pongo el video aquí, alguien puede colgarme de un pino.
También nos dio tiempo esa misma tarde a ver un poco de los alrededores de Jujuy. El marido de Juana, al que voy a llamar César de aquí en adelante, aunque ése no sea su verdadero nombre. Pero le va muy bien. Y quien lo conoce, lo sabe perfectamente. Bueno, pues César, noc llevó a hacer una pequeña excursión, vimos algunos cerritos de los alrededores, un campo de tiro, desde donde se podía ver la ciudad y el río, cuyo nombre no recuerdo, que iba seco seco, o sea, no había río, había el cauce, pero sin agua. Debe ser muy grande por la anchura que tenía. E imaginar que allá dentro de los cerritos, había serpientes, y otros bichos que no sé muy bien que eran, pero al parecer, eran muy venenosos. Allí se quedaron El rio
Esa noche nos fuimos de cena con las amigas de Juana. Un bar muy enxebre, donde comimos hamburguesas, pero a la argentina. Arnoia se lió con el marco de un cuadro, que al final, fue a dar a las cabezas de todas, a modo de halo. Menos mal que solo era el marco y no había cuadro