Llegada a Ju Juy
Cerca de Ju Juy vimos una procesión de gauchos. Yo ya creía que allí todo el mundo iba con ese atuendo y encima de un caballo. Lo que no sabía es que en Ju Juy esos días se celebraba una fiesta gaucha, que nos pilló por sorpresa y la cual disfrutamos.
Ya de camino a Ju Juy, se veía que el paisaje era totalmente diferente a todo lo que habíamos visto hasta ahora. Subimos 1200 metros sobre el nivel del mar. Y nos adentramos tierra adentro y hacia el norte unos 1800 km. Desde Buenos Aires.
El paisaje era árido y seco, debido a la estación del año en la que estábamos, invierno. Pero estaba yo con la cabeza un poco al revés. Y el tiempo, me lo habían cambiado. Si al sur era invierno total, con nevadas, fríos polares, abrigos, bufanda y guantes, en ju juy nos esperaba una primavera inminente. Y Juana, claro
Tenía tantas ganas de conocer a Juanita, a Alicia y Clau, ya las había conocido el año anterior, cuando vinieron a Galicia y tuve el placer de conocerlas. Pero a Juana, después de unos 3 años chateando por el Messenger, aún no la conocía.
Llegamos a la estación de micros de Ju Juy, después de recoger las maletas y buscar en los bolsillos unas monedas para darle al mozo (Es importante esto eh, tener siempre unas monedas a mano) Apareció Juana. Abrazos besos, hubo complicidad y cariño desde el primer momento, como no podía ser de otra manera.
Enseguida nos metimos en un remix (Taxi) que nos llevó hacia su casa. Situada justo en el centro de la ciudad. Al principio, la primera impresión, que tuve de esa ciudad, era “Joer, donde nos hemos metido” Nada que ver con lo que durante esos días observé, una ciudad bulliciosa, desde primeras horas de la mañana, hasta bien entrada la noche.
La casa de Juana, por fuera, no dice lo que después es por dentro. Con un patio interior, y las habitaciones dispuestas alrededor de este.
Ese día se nos pasó hablando, riendo, y también hablamos, y reímos.
Nos presentó a su familia. Su marido y 3 hijos, ya que el mayor, estaba estudiando en otra ciudad.
Cuando me metí en cama, todo se movía a mi alrededor, aún mi cuerpo estaba dentro del micro.
5 comentarios:
A cuntagotas. Así llevas la historia. Que eso sí, bien llevada, pero ¡queremos mas!
Jejeje
Besitos
Arnoia dijo...
Bueno, así que pensaste que dónde nos habíamos metido ¿eh? Pues yo no sé qué pensé. La ciudad es sí no es especialmente bonita, pero aquella vidilla de la estación, aquellos carteles de colores y aquella expresión de la gente hacían ver como que habíamos cambiado de mundo... ¡Realmente eran unas 20 horas de autobús!
que curiosa a roupa dos gauchos,nom?
concordo com piel de letras... queremos mais que estou enganchada...
beijos
Voy poco a poco, porque el tiempo se me escapa de las manos jajajajaja Ya estamos pensando en las próximas y yo aún no acabé estas. Aysssssssss
Ben, arnoia, esa foi a primeira impresión, pero despois xa viches que non era tal
Si, LM éche curiosa, según a cidade de onde veñan teñen diferentes colores, eses viñan de Salta , si mal non me lembro
Seguirá ata que acabe non pararei jajajajaj
Bicos miles guapas
si niña, tú cuenta, lento pero cuenta. luego te quedará guardado aquí y no te ocupará tanto sitio en la memoria de tu disco duro cerebral, y cada vez que quieras ver un detalle, vienes y lo miras :) (tienes que dejar sitio para las próximas experiencias)
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