lunes, 1 de diciembre de 2008

Nos vamos de Bariloche

Nuestro último día en Bariloche.
Por la mañana todo el mundo andaba alterado. Alicia daba sus últimas órdenes, ya que ella se venía con nosotras a Ju Juy y debía dejar todo listo en su casa. Se levantó con el ánimo muy vivo. Nosotras, por fin, fuimos a conocer la ciudad en si. La plaza del ayuntamiento, la estatua del general Roca, sus calles, sus tiendas.
A pesar que Bariloche tiene una población de unos 100 mil habitantes, el núcleo urbano no es muy grande. Tiene una calle principal y las demás van saliendo de ella a izquierda y derecha. Tiene una bonita plaza, donde se enclava el ayuntamiento y las diversas oficinas oficiales. Todas ellas de madera y piedra, muy vistosas. Con los tejados típicos de una zona donde nieva mucho, puntiagudos hacia arriba. En medio de la plaza está la estatua del General Roca, muy polémica, ya que el fue quien echo a los indígenas de la zona hacia Chile. Y en nuestros días, los pocos descendientes de aquellas tribus, quieren que se retire la estatua.

También visitamos una fábrica de chocolates, tesorito nos tenía una cita concertada, pero bueno, ya se sabe como somos todos los latinos, y llegamos tarde. Así la visitamos en un vuelo. Es curioso que en un lugar tan parecido a Suiza, hagan unos chocolates tan parecidos y tan ricos como los de este país europeo. La fábrica en si se llama El Turista, peculiar nombre también. Bueno, el caso, es que allí hicimos nuestras compras de chocolates varios.


Después de comer frugalmente, un rico pastel de zapallo (Calabaza). Llegó el momento de la partida. Todos nuestros bultos se instalaron en la parte trasera de la camioneta de tesorito. Y allá nos fuimos a la estación de micros. Nuestros asientos eran el 1,2 y 19, una tendría que viajar sola. Pero Alicia, con todos sus recursos, que son muchos, hizo ver a un viajero de 1.90 de altura que iría más cómodo en el asiento nº 19 y no en el 3, y la verdad que tenía razón, porque en ese asiento fui yo, y no creo que un hombre de 1.90 cupiese ahí.
Aunque la apartida de Bariloche fue triste, allí quedaban tesorito, J.H. Magali, Gladis, el lago, las montañas…era emocionante saber que a 4000 km de distancia nos esperaba Juana.
Saliendo de Bariloche, a pocos kilómetros, empezaron las protestas de los diferentes pasajeros, y es que la prohibición de ir a más de 90km/h se la saltaba el conductor del micro cada dos por tres, y en una curva, creo que tuvo serios problemas para controlar el micro. El azafato, que no tenía con quien desahogarse, se dirigió hacia nuestros asientos para, a su vez, decirnos que él no tenía la culpa, y todos los pasajeros se iban hacia él. Nosotras comprensivas, le decíamos que en aquella curva a punto estuvimos de salirnos de la carretera. Entre charla y charla, nos trajo una botella extra de champán, y yo ya me quedé dormida. Entre sueños, pude oír algo de la conversación que mantenían arnoia, Alicia y el azafato. “¿Qué edad tenés?” (Esta pregunta es la más usada para entablar conversación y empezar a flirtear) Oí algo de 29 años, risas y volví a dormirme. La verdad que yo me perdí esta parte. Seguro que arnoia se la sabe mejor jijijijiji
Llegamos a Buenos Aires al día siguiente. Ya habíamos hecho 2000 km de los 4000 que teníamos que hacer. La escala en Buenos Aires era de unas 12 horas. Nos fuimos al apartamento de Steffy, duchita. Y a la calle de nuevo. Me gustó aquella zona, no recuerdo el nombre, pero había muchas librerías, mucha gente de aquí para allá. Y llegó la hora de comer. Alicia nos llevó a un restaurante, donde ponían unas parrilladas de vicio. Dimos buena cuenta de ella, y a preparar la maleta para Ju Juy.
Otra vez en la macro estación de autobuses con cientos de compañías de micros que iban a un lado y a otro. Nos subimos al nuestro, que ya no me acuerdo de la compañía, pero era muchos menos cómoda que la que tomamos para Bariloche. Casi no cabíamos acostadas en los asientos cama. Y eran más endebles que los otros, ya sé que las comparaciones no son buenas, pero no teníamos otra cosa que hacer. La cena, no tengo otras palabras que, un asquito, aún no sé muy bien que era aquella cosa gelatinosa, con pinta de caca de bebe, que nos pusieron y aunque cerrase los ojos e intentase tragar, era imposible, el sabor tampoco daba pie a comer. En fin, que quedó allí toda aquella pasterada.

Después del tute que llevábamos encima, dormí toda la noche, me desperté para el desayuno, que ya estaba algo comestible que la cena, pero no mucho mejor. Y sin darnos cuenta estábamos en Ju Juy.
Pero esto, ya quedará para otro día

sábado, 15 de noviembre de 2008

Penúltimo día en Bariloche


Este penúltimo día en Bariloche fue tranquilo por la mañana. El tiempo transcurría con la misma pereza que, me daba a mi pensar que al día siguiente iríamos a Buenos Aires y de allí a Ju Juy. Pero más me animaba aún, saber que en Ju Juy nos esperaba Juana.
Así la mañana iba pasando, en pijama, al calorcito de la casa de Alicia, afuera lucía el sol, pero se intuía el frío que debía hacer.
Entonces tesorito me propuso ir con el a buscar la comida, que consistía en un cochinillo, que había llevado crudo el día anterior a casa de la señora María, que se dedica a hacer comidas para llevar. Un take away artesanal. La señora María es la segunda madre de Clau y aparte del cochinillo nos dio unas
galletitas la mar de ricas. Cuando Tesorito me dijo que fuese con él, yo seguía en pijama. Pero bueno, que más da, las lentillas ya las llevaba Allá me fui a recoger el cochinillo, ya de paso, hicimos una pequeña ruta turística. Visitamos la catedral de Bariloche, donde había vidrieras que representaban, los primeros pobladores de Bariloche, la independencia de Argentina y otros hechos históricos argentinos. Y yo en pijama No nos dio tiempo a ver mucho más, ya que, el cochino asado esperaba en el maletero del coche.
Después de dar buena cuenta del cerdo, y reírnos un rato trinchándolo. Nos dispusimos a hacer una pequeña excursión por los alrededores de Bariloche.
Fuimos hasta el hotel Yao-Yhao, de esos que hacen temblar el bolsillo. Y el frío que hacía allí, me dan escalofríos solo de pensarlo. También vimos fauna del lugar: Caranchos,(Foto abajo) tero-tero, bandurrias, variedad de ibis. Todos ellos aves.
Nos llevaron por la zona de los ricos de Bariloche, y otra vez se distinguía, como en Villa La Angostura por los inmensos socavones en la carretera, o mejor dicho camino. El lugar idílico, grandes bosques, y al lado el lago. Los arrayanes en su forma natural de crecer a las orillas del lago y solitarios. No como en el paseo de los arrayanes que era un bosque.
Y así, se fue haciendo de noche. Y aún no habíamos visto la ciudad en si. Tan solo los alrededores de la casa de Alicia. Y teníamos ganas. Pero ya quedaría para el día siguiente.
Aquella noche, mientras Alicia contaba historias, tesorito veía el Diario de Ferrol en el pc, Arnoia se reía de algo a mi lado, estaba en mente de todos, el inminente viaje que nos esperaba en los próximos dos días.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Villa La Angostura



Villa La Angostura
Está en un extremo del lago Nahuel Huapi, creo que en el norte, pero no estoy segura.
Allí fuimos a casa de Evelyn, una amiga de Alicia, a comer, Una comida muy agradable, con Evelyn, su marido Konrad, amigo de Tesorito, y su hijo. Hablamos de muchas cosas, arreglamos los problemas de Argentina y de España, todos a la vez. El abuelo del Konrad fue uno de los primeros habitantes de Villa La Angostura, misma coincidencia con el abuelo de Tesorito, éste en Bariloche.
Después de comer fuimos a dar un paseo con Evelyn por los alrededores de la villa. Continuaban los extraordinarios paisajes del lago y la montaña, mientras caían unos copitos de nieve
Nos llevaron hacia una urbanización donde los argentinos ricos pasan sus vacaciones, tremendas mansiones, pero así de tremendos eran también los baches que había en esa carretera, y es que he llegado a la conclusión, que en Argentina, cuanto más rica es la gente que vive en una zona, peor está asfaltada la carretera, así en proporciones iguales.
El centro de Villa La Angostura es una calle y a un lado y a otro hay tienditas y restaurantes. Y de repente se acaba el pueblo.
Después de despedirnos de Evelyn, regresamos a Bariloche. Teníamos una cita ineludible con los vascos. Y es que en casa de Alicia, hay grandes bailarines. Y en esta ocasión, los niños, iban a ensayar los bailes vascos, ya que tenían algún antepasado vasco, y los argentinos cuidan mucho sus raíces. Así nos dirigimos hacia la asociación vasca, a llevar a los muchachos, Los dejamos allí y nos fuimos, mientras ellos ensayaban, a ver otro tipo de paisaje.
En Bariloche se pueden ver desde montañas con las cumbres nevadas, hasta un paisaje tipo meseta, allí a pocos km uno del otro. En las inmediaciones del aeropuerto, el paisaje llano, seco y áspero de la meseta se extendía por km, que la vista no llegaba a ver nada más que llanuras. Y fue entonces cuando nos dimos cuenta de la luna, una luna extrañísima, que yo pensé que sería cosa del hemisferio sur. A veces parecía un disco amarillo, enorme, y otras veces parecía menguante. Y alguien dijo, “os fijasteis en la luna”. Hasta le sacamos fotos. Con esta sensación de ver esa luna tan rara, fuimos a buscar a los bailarines, que ya estarían acabando su ensayo.
Entramos en el recinto, y allí vimos las evoluciones de unos cuantos chicos y chicas bailando danzas vascas. Pero lo que me llamó la atención fue ver la foto de Ibarretxe, 20 años más joven, por lo menos, y la gran Ikurriña, expuesta en una de las paredes.
Bueno, lo de la Ikurriña, no me llamó la atención, pero ver a Ibarretxe con todo el pelo en su cabeza, si me llamó la atención. Es como si en el centro gallego ponen la foto de Touriño, También me llamaría la atención.
Y así, después de recoger a toda aquella chavalaza, instalada en la parte de atrás de la camioneta, nos dirigimos al centro de Bariloche, donde descargamos a los jóvenes, y nos fuimos para casa.
Viendo las fotos que habíamos hecho, nos llamó la atención, aquella luna mutante, pero no fue hasta el día siguiente que nos entramos que fuimos espectadores de un eclipse de luna, de ahí que luna fuese cambiando en una sola noche, de luna llena a menguante.
Después, a la noche en casa de Alicia, hubo partida de Buracco, que aunque ya le iba cogiendo el aquel, aún se me escapaba la puntuación.

lunes, 20 de octubre de 2008

El Bolsón

Hacia El Bolsón
No es una bolsa grande, no, no , aunque un detalle con bolsas si hubo.
Nos levantamos por la mañana para ir hacia El Bolsón. Hicimos algunas paraditas. En una de ellas, dejamos la carretera principal, y nos metimos por un camino de monte, menos mal que el coche de Tesorito era apto para estos terrenos, y el conductor, no digamos. Los paisajes eran maravillosos, Estábamos dentro del parque natural de los Alerces:. Montañas, ríos, nieve, árboles, buena compañía ¿Qué más se puede pedir? Sólo que no hubiese nevado tanto y pudiésemos llegar hasta el glacial Gutiérrez, creo que se llamaba, nunca he visto un glacial, creo, quizás en los Pirineos, pero si los ví, no supe que eran glaciales. Pero a la entrada del parque, los guardias, ya nos dijeron que no se podía llegar hasta allí, que pena. Pero bueno, queda para otra ocasión. Me autoinvito
La primera parada fue a orillas de un lago, de cuyo nombre no logro acordarme, aunque casi seguro, sería algunos de estos: Gutiérrez o Mascardi y Guillelmo, con l, Describir los paisajes, sería inútil. Nunca habría palabras para poder hacerlo como es debido, así que, ahí van algunas fotos.




Después paramos sobre un puente, donde se podían ver unas truchas enormes. Y más paisajes maravillosos. Y allí al otro lado de las montañas, estaba Chile. Lo ríos que nacían en esas montañas de en frente iban a desembocar al Pacífico, y los que nacían en las montañas de detrás, salían al Atlántico, justo en ese punto estábamos. Me parece tan lejano, pensar que estuve tan cerca del Pacífico




Llegamos, a El Bolsón, y el tiempo, seguía sin acompañarnos, empezó a llover, allí en aquel valle, entre montañas, y no paró.
Comimos un rico Gulash (Creo que se escribe así) con cerveza de la región, se veía el lúpulo en el vaso.
Después de comer, fuimos a ver el Lago Puelo, verde muy verde, Y más pequeño de lo estaba acostumbrada a ver. Pero no por ello, menos bonito.
Y después nos fuimos de compras a El Bolsón. Entramos en un supermercado a hacer la compra. Después de unas vueltas por allí y otras por allá, conseguimos un champán que se llamaba Concha je je je Y lo cogimos, más je ej je
Y yo, ya un poco cansada de tanto supermercado, salí a fumar un cigarro. Cuando, con sorpresa, veo a arnoia, entre dos guardias de seguridad y sacando toda la compra de las bolsas, en busca del ticket, que, al parecer, no había pagado unas bolsas. Y busca que busca, y el ticket, no aparecía, Y se iban hacia la caja, y volvían ¿Dónde se había metido el ticket? Yo esperaba en la sección, de “andaquetepillé”, con la compra encima del mostrador. Hasta que por fin, apareció el ticket, entre las dos bolsas juguetonas. Y todo quedó aclarado.
Hubo que colocar la compra en la parte trasera de la camioneta, atada y bien atada, Bolsas y más bolsas atadas unas con otras y a su vez atadas a la barandilla del coche. Entre lluvia, o nieve, o no sé muy bien que era aquello que nos caía encima.


Emprendimos el camino de vuelta a Bariloche, y cuando estábamos subiendo uno de los cerros, ya en la cumbre, empezó a nevar tanto que los limpiaparabrisas, no daban hecho, menos mal que el conductor, vale su peso en oro.
Al día siguiente toca Villa La Angostura y conocer a más gente maravillosa.

domingo, 5 de octubre de 2008

Paseo arrayanes e Isla Victoria

Paseo de los Arrayanes e Isla Victoria
Amaneció un día nublado. Y yo, con un gato entre las piernas, que no hacía bueno ese refrán que decía mi abuela “Algo é algo decía a vella con o rabo do gato entre as pernas”, cuando se refería a, si no hay otra cosa….Como decía el día no amaneció muy bueno, menos mal que a Amana, no le hace gracia ninguna madrugar, y escogimos la excursión corta, que empezaba sobre la 1, más o menos, y no la larga que salía a las 9 de la mañana.
De todas formas la excursión en barco valió la pena. Ojo que no fue en un barco cualquiera. Las gallegas no nos conformamos con cualquier cosa. Tenía que ser el más bonito de todos. El Modesta Victoria,

uno de los primeros barcos de este tipo que navegó por las aguas del Nahuel Huapi. Y el micro que recogía a los excursionistas paraba justo en frente de la casa de Amana, y después de esperar un buen rato, descubrimos que ni siquiera era en frente, sino, a la puerta de la casa.
Embarcamos en el Modesta Victoria en Puerto Pañuelo.

Vimos que Amana se dirigía a la cafetería del barco y compraba galletas. ¿Para qué? Le preguntamos. Salió a cubierta, agarró una galleta, la elevó hacia el cielo, y empezaron a llegar las descaradas gaviotas, a arrancarle de la mano la golosina. Claro, yo también quise probar, y que suavecitas son las condenadas. Ras¡ atrapan la galleta y se van con el botín.
Mientras, aunque muy nublado, parecía que el tiempo aguantaba sin llover, pero a medida que nos acercabamos al bosque de los arrayanes, la lluvia fue implacable. Fue hermoso el paseo, aunque pasado por agua. Loa arrayanes suelen vivir solitarios en las orillas de los ríos y lagos, pero aquí era una formación boscosa en toda regla. La corteza era de un color marrón amarillento, y muy, muy fría. Había un paseo que era un entablado de madera. Y allí vimos arrayanes para dar y tomar. Pero nos mojamos mucho y yo tuve mucho frío, que ni aun el calor de Amana, podía mitigar. Así que, al volver al barco nos tomamos unos chocolates bien calentitos. Humm que bien me sentó.
El Segundo destino era Isla Victoria. Allí se puede observar una gran diversidad de flora, autóctona (de cuyos nombres no me acuerdo, mejor mirar el enlace) Y foránea, llevada por el hombre para su uso en la industria maderera, y al final, salió un lugar lleno de árboles como secuoyas, pinos negros, etc que le dan un aspecto esplendoroso. Eso, si de llover, no paró.
De regreso volvimos a repetir el chocolate, que me hacía entrar en calor. Y , se me olvidaba, la parte en que nos tocó un premio, previo sorteo, de una foto gratis en el bosque de los arrayanes.
-¿Qué número tenés?-Nos preguntó el chico
-El 28- respondimos
-Y el número premiado es el….28
Aplausos y más aplausos.
Creo que fue esa noche cuando descubrí el buracco

lunes, 29 de septiembre de 2008

LLegando a Bariloche


Camino de Bariloche
Después de constatar la cantidad de compañías de micros, como llaman los argentinos a los autobuses, que había. Nos decidimos por el Flecha bus, como ya he dicho.
Los micros son muy cómodos, tiras de allá y estiras de aquí, y tienes una cama, donde una se puede acostar totalmente en horizontal. Dan una copita antes de la cena, después la cena, y a continuación una copa de champán, que dicho sea de paso a mi no me gustó mucho, demasiado seco para mi gusto. Ya quedas medio dormida para la larga travesía.
De Buenos Aires a Bariloche hay unos 1800km de distancia que se tardan en recorrer unas 20 horas aproximadamente. Saliendo de Buenos Aires está la Pampa, pero no pudimos ver los paisajes, porque era de noche y no se veía nada de nada.
Lo que más me fastidiaba de todo esto, es que no se podía fumar, así que, en cuanto preveía que el autobús iba a parar por cualquier motivo, yo me lanzaba a ponerme los zapatos, y en cuanto abría las puertas, yo ya estaba fuera con el cigarro en la mano, tanto los conductores como los o las azafatas, me decían que no se podía bajar, pero, bueno, yo ya estaba fuera, cigarro en mano, después me seguían otros viajeros. Y así se fue pasando el viaje. Al amanecer, ya estábamos en La Patagonia. Y pocas horas después comenzamos a ver las primeras cumbres nevadas. Pensando que ya estábamos cerca de Bariloche, nos pusimos muy contentas. LLegamos a un pueblo que se llama Neuquén, y allí si pude fumar a gusto, mientras esperábamos por otros viajeros. Aún quedaban como 5 horas para Bariloche
Los paisajes que se veían eran muy característicos de la región, Al fondo las montañas nevadas, un poco más cerca grandes lagos, y a la vera de la carretera pequeñas colinas. Así fue transcurriendo el tiempo, que no se pasaba. Y por fin llegamos a Bariloche.
Allí estaban Amana, Rick, y Tiberio, Esperándonos con brazos y patas abiertos.
Las temperaturas mucho más bajas que en Buenos Aires. Allí si era invierno. Pero con el calor de la acogida de Amana y familia, casi no se notaba.
Ya desde ese primer momento, después de la alegría de volver a verla, conocer a Rick y a su pequinés Tiberio. Empezamos la ruta turística para conocer Bariloche. Hicimos el circuito chico, por los alrededores de la ciudad. Vimos el Lago Nahuel Huapi,

de todos los lados y perspectivas. Y de cualquiera de ellas se veía, inmenso, precioso, rodeando de montañas nevadas. Una maravilla de la naturaleza. Fuimos también a Cerro Catedral,

no esquiamos, pero, si hicimos equilibrios sobre la nieve. Allí se nos hizo de noche. Y nos fuimos para casa de Amana, donde conocimos al resto de la familia: J.H., hijo de Amaná y Rick, Gladis, Magali. Y toda la fauna que allí vive plácidamente, perros y gatos, un total de 7, creo recordar.
Al día siguiente nos esperaba un crucero por el Nahuel Huapi.

martes, 23 de septiembre de 2008

Recoleta

Salimos de casa dispuestas a ver El Barrio de La Recoleta. Antes de ir hacia allí, nos paramos unos momentos en el jardín botánico, no mucho tiempo , porque ese día teníamos muchas cosas que hacer, entre ellas, coger, uys perdón, comprar, los billetes hacia Bariloche, segundo destino de nuestro periplo por Argentina.
El Jardín Botánico, tiene muchas especies vegetales, de todas partes del mundo. Y una especie animal, los gatos que se cuentan , creo que a cientos.
Y después de esta visita que nos quedaba en camino, nos fuimos a La Recoleta, primero al cementerio, impresionante, lo que la gente puede hacer para guardar unos huesos.
Cada tumba es un mausoleo, cada cual mejor que el del al lado. Allí están enterrados todos los y las argentinas que fueron algo en ese pais, desde los independentistas (héroes nacionales, por supuesto), los presidentes, las mujeres de los presidentes (Evita Perón), hasta los dictadores. También hay algunos casos, como por ejemplo, el empleado del cementerio que ahorró toda su vida para poder enterrar allí a su mujer. Y allí está la estatua del hombre. Un verdadero laberinto donde se puede ver toda la historia de Argentina, mediante apellidos ilustres y otros menos ilustres, pero todos ellos allí reflejados.
Después del paseo por el cementerio, nos adentramos en el Barrio de La Recoleta, donde había tiendas de las firmas más reconocidas en todo el mundo mundial :Tucci, Armani etc etc.
A continuación, tocaba comer, cosa muy importante. Nos fuimos al Museo Nacional de Arte Decorativo. Toda la calle en la que se encuentra este museo, está llena de casas coloniales, ahora embajadas de diferentes países. Y el museo no iba a ser menos. En el exterior tiene un patio que está convertido en restaurante, y allí decidimos comer, hacía un día estupendo, sol, un vientecillo, fino. Reservamos mesa y nos fuimos a ver la casa, allí tuvimos la suerte que había una exposición de Rodin, y entre ver las esculturas y la casa, que era una maravilla, se nos pasó rápido el tiempo.
Al salir lucía el sol y en la terraza del restaurante se estaba de maravilla. Pedimos de comer cosas como croques de pollo, tartaletas de verduras, y ensalada. Tardaron un poco en servirnos, tres cuartos de hora o más, y el sol se fue, quedamos en la sombra, y ese vientecillo fino del que antes hablaba, se convirtió en vientecillo helado. del polo sur. La comida se congeló y nosotras también. Nos largamos de allí casi sin pagar, porque tardaron como otra media hora en cobrarnos. Y había que coger los billetes para Bariloche.
Nos tomamos un cafelillo reconfortante en una cafetería, no recuerdo el nombre, pero era una de esas cadenas tan famosas en Argentina. Y nos hinchamos a pinchos dulces que el camarero no paraba de ponernos.
Ya en la estación de autobuses, para resumir, nunca en mi vida había visto tantas compañías de autobuses o micros juntas. Corrimos de un lado para otro para ver cual de ellas nos convenía más. Bariloche bus, vía del norte, vía del sur, al final nos decidimos por Flecha Bus. Una de tantas.
Ya con los billetes en la mano. Nos fuimos a descansar, antes hubo otra vez sesión de hadas. Al día siguiente nos esperaban 1800 km en micro. Pero esto ya es otra historia

lunes, 15 de septiembre de 2008

La Boca



La Boca es un singular barrio porteño. Llegamos en micro, después de una media hora de camino. Lo primero que se ve es el estadio del Boca River, o será del River Juniors? Algún fanático de estos equipos puede matarme, si ve esto. Jejeje. Bueno, el caso es que allí existe una gran competencia entre los fans de estos dos equipos, de hecho teníamos previsto ir el domingo, pero jugaba el Boca, y nuestras expertas guías, decidieron que era mejor ir al día siguiente. Diríamos que es el mismo enfrentamiento que hay entre el Real Madrid y el Barça.
El barrio me gusto mucho, la parte que yo vi , eran dos calles de unos 200 m cada una, paralelas entre si. Todo preparadísimo para los turistas. Las casas son cada una de cada color, e incluso una casa puede tener varios colores, fueron los emigrantes genoveses quienes decoraron así las casitas, en Italia se hacia para cuando se venía en barco, los pescadores pudiesen distinguir sus casas desde alta mar. Aquí parece que es por algo parecido, pero como no había pintura suficiente para pintar una casa entera, pues se pintaba de varios colores.
Los edificios se llaman conventillos, y en ellos había varias viviendas.
La calle más famosa de este Barrio debe ser la del Caminito, por el tango de Juan de Dios Filiberto, titulado Caminito

Durante todo el trayecto nos fuimos metiendo en los diferentes conventillos, ahora todos ellos, o la mayor parte, convertidos en tienditas donde venden todo tipo de souvenirs relacionados con el tango, las típicas casitas de colorines, también hay restaurantes donde hacen espectáculos de tangos y por supuesto, Maradona, . Y me llamó la atención, o mejor dicho el chico que estaba allí, me llamó la atención, o mejor dicho, hizo que me fijase en él, al cogerme de la mano y arrastrarme literalmente dentro de una pequeña bodeguilla, donde vendían vinos de todas partes de Argentina. Y solo me soltó cuando le prometí que al final del recorrido iría a tomar un vino con él. Cosa que no hice, que mala soy
Caminando por las calles de La Boca, observamos a unos chicos jugando al fútbol, en un recinto vallado, con un gran letrero que rezaba”República independiente de la Boca” Y ahora mirando en la wiki, veo que allá por el 1800 y pico, una revuelta en La Boca, hizo que esta se declarase republica independiente con bandera y todo.
El día en la Boca acabó tomando un café en un bar típico, pero no en aquellos que se bailaba tango y demás, sino en uno muy antiguo, donde había fotos de todo el mundo que pasaba por allí. Un café muy agradable donde se respiraban aires de tango y café bien hecho.
Después de este paseo tan agradable, el tiempo estaba un poco pesado y se veía que de un momento a otro iba a caer una buena tormenta. Y de hecho cayó la tormenta del siglo, a Clau se le ocurrió que podríamos ir a hacer unas compras a un centro comercial, Y allá nos metimos. Después de ver miles de tiendas de bolsos, abrigos, todos ellos del mejor cuero argentino, y es que Clau es una experta en esta clase de cosas. Me dio tremendo bajón, y me tuve que escapar, si escapar, sentarme en un café del centro comercial, y tomar algo de azúcar, porque o me sentaba o me caía, una de dos. Y preferí sentarme a caerme allí mismo.
Cenamos algo en el mismo centro y nos fuimos para casa.
Allí hubo sesión de echamientos de diferentes tipos de cartas, en las cuales tanto Steffy como Clau son verdaderas sabias. Las cartas de las brujas, de las hadas, de los ángeles, el ti chi, a las que había que hacerles preguntas para que te dieran la respuesta. Pero que complicado es preguntar cosas ¿No?
Al día siguiente tocaba la Recoleta

martes, 9 de septiembre de 2008

De San Telmo a Puerto Madero


Y ya estamos en el 2º día.
La noche estuvo un poco accidentada. En un principio dormiríamos en el estudio de Steffy, después de cambiar el piano para la habitación de al lado para poder acomodar otra cama en ese cuarto, vimos que espacio… no quedaba mucho, entonces vuelta a colocar el piano en su sitio original. Y decidimos dormir en el cuarto de Steffy, que tan gentilmente nos prestó. Así, ya teníamos donde dormir. Después tuvimos que elegir de qué lado de la gran cama dormiría cada una
-Mejor tu duerme de ese lado que por aquí hay mucho cable suelto y si tienes levantarte en medio de la noche no habrá obstáculos- Mi amiga me conoce bien y sabe que dormida y sin lentillas soy un fenómeno destrozando cosas
-Vale-Respondí yo, ya durmiendo.
Y….en medio de la noche. Catacrash pum chimpum Un primer diagnóstico de la situación, ya nos hizo comprender que el DVD de Steffy se había perjudicado un poco. Pero a la mañana, ya más despiertas, observamos que el DVD se había ido al carajo. Al decírselo a Steffy, se puso muy contenta, ya que ella, desde hacía un tiempo le estaba diciendo a su madre, Alicia, que necesitaba un nuevo DVD con mando a distancia. Creo que fue en este momento cuando Steffy nos adoptó como tías
Pero, en fin, a lo que íbamos. Ese día, nuestra guía particular, Clau, nos tenía planeado un lindo itinerario. Por la mañana iríamos a San Telmo y por la tarde a Puerto Madero .
Así de primeras y por la mañana, nos desayunamos unas facturitas

que habíamos ido a buscar Clau y yo a una tienda cerca del piso de Steffy, A pesar que yo iba sin lentillas y en pijama, me di cuenta en seguida que los chicos que despachaban esas facturitas, no estaban del todo mal, más bien por la silueta que otra cosa, sin mis lentes de contacto no podía ver. Y yo con esas guisas. Y no sería la última vez que me lanzaría a la calle en pijama, eso, si, con las lentes puestas.
Ya en San Telmo, lo primero que vimos, fueron unos chicos, que portaban unos grandes letreros en los que se leía “ABRAZOS GRATIS” Como desaprovechar esta oferta con lo caro que está hoy en día todo. El abrazo fue muy caluroso y afectivo, a pesar que no conocía de nada a este chico. Al notar mi acento, me preguntó de donde era, yo le dije ” gallega de Galicia” Había que hacer esta especificación, ya que para los argentinos son gallegos todos los españoles, y según en que circunstancias y tono lo digan, puede llegar a ser un insulto. A pesar que, quien más quien menos, tiene algún pariente gallego entre sus ancestros, “gallegos” incultos y burdos que un día tuvieron que irse de su tierra para ganarse el pan de cada día. Y como ocurre ahora en España, los emigrantes ocupaban los puestos de trabajo que los nativos no querían para ellos. Un círculo vicioso que esperemos no siga su evolución
Pero me estoy desviando del tema en cuestión y es que el abrazo que le di a aquel chico, descendiente de “gallegos” de La Coruña, fue especial. Esto hizo que me desinhibiese un poco y gastase bromas con otros tipos que querían charlar un rato. Como con aquel señor del puesto en el mercadillo de la plaza Dorrego que me preguntó que me podía vender, y yo le respondí que a él, pero al final, no llegamos a un acuerdo, sobre la moneda en la que debía pagarle, si en €, en dólares o en pesos.
También vimos espectáculos de tangos en la calle, maravilloso, ver bailar a aquellos bailarines. Una explicación de donde venía el tango, que me sorprendió saber que en un principio el tango se bailaba entre hombres. Una orquesta tanguera tocaba los compases del tango en una calle cercana a la iglesia de San Pedro. Y así entre tangos nos fuimos a comer a una parrillada cerca del barrio de San Telmo para recuperar fuerzas y seguir por la tarde a Puerto Madero.
La parrillada consistía en diversas carnes a la parrilla: desde pollo, riñones, mollejas, chorizos de diversos tipos, costillas, en fin, buenísima

Ya acabada la parrillada, vino Sulma, hermana de Clau, que nos acompañó en nuestro paseo por Puerto Madero.
Allí pudimos ver un gran reciclaje, lo que antes era viejo e inservible, se convirtió en pisos lujosos, grandes hoteles, bonitos restaurantes, cafeterías, Y un estupendo paseo en el que tuvimos la oportunidad de ver los buques escuela argentinos, de cuyos nombres no me acuerdo. Así como el puente, diseño de Catalabra, de la mujer, Que representa a una pareja bailando Tango.
Acabamos la tarde en uno de esos cafés, yo, tomando un trago del día especialidad de la casa, que no sé que llevaba, pero estaba muy bueno. Y las demás, pues , tampoco me acuerdo.
El cielo estaba rojo, muy rojo.

Y la temperatura era muy agradable,
Ya a la noche, nos decidimos a conocer una parte de la marcha porteña. Y nos fuimos de copas a uno de los barrios de marcha. Estaba un poco apagadillo, pero nosotras no estábamos tampoco muy alumbradas. Nos sentamos en una mesa en el exterior de un local. Y por allí pasaron, desde un chico que vendía algo, hasta una grafóloga que por la firma adivinaba nuestra personalidad, y otra señora que algo hacía también con nuestros nombres en acróstico.
Y cansadas nos fuimos a dormir, al día siguiente nos esperaba La Boca

jueves, 4 de septiembre de 2008

LLegada a Buenos Aires


Todo empezó cuando llegué a Santiago para coger el avión que nos llevaría a Madrid, Montevideo y de ahí a Buenos Aires. Y repasando la maleta a ver que faltaba ¡Zas! se rompió la cremallera. Hubo pues que cambiarla. Un pelín más pequeña que la mía era la que, amablemente, me prestó, y algún día devolveré, mi colega. Allí quedaron algunos trastos tirados que apenas eché de menos en los días que duró el viaje.
Después de este pequeño inconveniente, allá nos lanzamos. Sube al avión, baja del avión, vuelve a subir, vuelve a bajar, así 6 veces en 24 horas. Con la cabeza medio, o totalmente abombada, medio dormidas y con ganas de pisar suelo firme, llegamos a Buenos Aires, donde se suponía que Clau, estaría esperándonos. Pero…Oh sorpresa.. Clau, no estaba. Una rápida llamada de móvil, que sólo funcionaba en contadas ocasiones, aún no sé por qué, y nos enteramos que Clau, se fue a otro aeropuerto a buscarnos. Pero ¿por qué? Ah, eso son cosas de argentinas locas, que leen los mails en transversal.
Por fin, ya todos juntos, después de unas risas, nos dirigimos al departamento de Steffy. Volando voy, volando vengo, el veloz auto conducido por un intrépido piloto de carreras nos dejó a la puerta del bloque . Al llegar a la casa, estaban esperándonos: Steffy, Garrido y Benito, es decir una hermosa chica y dos felinos.
Lo primero que hizo Clau fue prepararnos unas ricas empanadillas, algunas al horno y otras fritas, las dos clases estaban rebuenas. Después de llenar la panza, aunque mucha hambre no había después de todos los vaivenes de los diferentes aviones, nos dispusimos a conocer Buenos Aires, de la mano de Clau, por supuesto.
Desde casa de Steffy había unas pocas cuadras hasta el subte. Y de allí a conocer la
catedral, donde tuvimos la oportunidad de ver el cambio de guardia de los Granaderos , tipos, todos ellos de buen porte, La Casa Rosada, La plaza de mayo, El cabildo. Y en definitiva, pasear por las calles porteñas. Menos mal que todas esas cosas estaban en la misma Plaza, porque las fuerzas comenzaban a faltar. ¿Qué mejor que recuperar fuerzas tomando un cafelillo, y donde mejor que en uno de los cafés emblemáticos de Buenos Aires como es el Tortoni Situado en la calle Rivadavia ¿De qué me sonará a mi este nombre? En el pequeño museo del Tortoni se pueden ver artículos, libros, fotos y diferentes referencias a los escritores que pasaron por allí a hacer sus tertulias. Pero antes de entrar hubo que hacer una pequeña cola de unos 20 minutos de espera, ya que los dueños del bar no quieren que la gente esté dentro esperando mesa, así que, esperan fuera. La verdad que merece la pena esa espera. El potero te hace pasar, después un camarero te lleva a la mesa correspondiente.Y tranquilamente te tomas un cafelillo, entre lámparas de araña, cuadros, madera, y la huella de los ilustres artistas que por allí han pasado

Después de este día tan intenso: Nuestra llegada a Buenos Aires, probar las empanadillas de Clau, y visitar lugares tan emblemáticos de Buenos Aires, nos fuimos para nuestra casa en esta ciudad.
La primera impresión que tuve de Buenos Aires fue positiva. Una gran capital como cualquier otra, con su historia, sus monumentos, sus ilustres fundadores, sus habitantes y sus turistas, en esta época del año no había muchos, ya que recordaremos que allí es invierno. Aunque no se notaba mucho, diriase que era como una primavera un poco fría comparándola con la gallega de Ferrol. Me gusto esa Plaza de Mayo rodeada de monumentos. Y a mi se me dio por pensar en las Madres de la Plaza de Mayo, con sus pañuelos blancos cubriendo sus cabezas y llorando a sus hijos desaparecidos en las diferentes dictaduras que sufrió este país. No me sentí identificada con ellas, ya que yo poco viví de la dictadura de Franco, pero si solidaria, incluso podía escuchar sus gritos de protesta, y los pelos se me pusieron de punta ¿Sería que aún se podían ver los restos de la última protesta de los campesinos que días antes habían estado acampados allí?
Y así acabó nuestro primer día en Buenos Aires
Continuará

jueves, 31 de julio de 2008

O patrón

Fai uns días foi o patrón do meu barrio. Non me dira nin conta, ata que soaron algunhas bombas de palenque. Isto fíxome recordar os patróns que se facían na miña casa cando eu era nena.
Nos xuntábamos o redor de coarenta persoas entre pequenos e grandes Viñan os meus curmáns con seus pais, é decir os meus tíos e tías, irmáns das miñas aboas si, das dúas, xa que a súa vez, estas tamén eran irmáns. Pode soar algo raro, pero para min era o máis normal.
A miña aboa, Aurora, a que eu chamaba madriña, non porque fose a miña madriña, senón porque o era do meu irmán, e como el a chamaba madriña, pois eu tamén a chamaba así. Facía tremenda pota de callos, empezaba ven cedo. A todos lles gustaban os callos da miña aboa. Mercábanse empanadas e bolas de patrón, que previamente se encargaban na tenda. Tamén un queixo para acompañala bola. A miña nai facía carne asada. E xa estaba a comida do patrón. Había que ter bo estómago para xantar de esa maneira, un día de calor de xullo. Despois se poñía o café cas copas de coñac e guinda, agora chámanse chupitos. A guinda a facía a miña aboa, aínda que a guinda nova, de ese mesmo ano, estaba un pouco brava, sempre sobraba algunha dun ano para outro, e despois de acabar con a vella, logo ía a nova tamén. Se poñía a mesa do comedor abertas as alas, e aínda así non cabiamos, claro, cos nenos, xantábamos nunca mesa aparte, na cociña, aínda así aquela mesa facíase pequena, e había que poñer, agora diriamos unha supletoria, que consistía en dous cabaletes cun taboleiro por riba. Iso, si o mantel que non faltase. A mesa, ía dun extremo o outro do comedor-saiña.
Logo do xantar, empezaban os cantos. Os meus tíos: Paco, e Monso facíanse a competencia, a ver cal dos dous cantaba mellor, os dous cantaban moi ben. O meu tío Paco facía dúos con a miña tía Sita, e Monso cantaba como Gardel, o iso dicían, eu aínda non coñecía a ese tal Gardel. O meu curmán Paquito (Fillo do meu tío Paco) tocaba a guitarra, de feito é a súa profesión. Por alí aparecían maracas, timbales, e diversos instrumentos musicais, da sua orquesta, que naquela época ensaiaban no sotano da miña casa. Tamén, naquela época outro curmán meu, que ía para médico, levaba os osos de non sei quen a lavar a miña casa, así que por alí podíase encontrar calquera cousa.
Cando xa os meus tíos cansábanse de cantar, entón empezaba o meu abó, que para min era o meu yayu. Os meus yayus, viñan de Barcelona, ala polo mes de abril, cando alá empezaban os calores, que eles non soportaban, e se ían polo mes de outubro, cando aquí empezaban as friaxes. Eles si eran os meus padriños e os pais da miña nai. O meu yayu cantaba asturianadas, Sempre cun aire triste nos seus pequenos ollos azuis

E xa seguirei noutro momento que agora non teño tempo

viernes, 27 de junio de 2008

Una visita

Hay veces, muy pocas veces, todo hay que decirlo, que doña agobios me visita. Y se queda por aquí un tiempo. Rondando y mirándome de reojo, unas veces está aquí a mi lado, intento espantarla, dando manotazos, y se aleja un poco, pero sigue ahí cerca. Mis espantadas sólo sirven para que se retire, y vuelva a posarse a mi lado , como mosca cojonera.
Intento transmitirle mis pensamientos positivos, y ella acecha con sus malintencionados temores. Intento darle optimismo, y ella persiste en su obstinado pesimismo.
De mometo creo que va ganado la partida, pero aún tiene que dejarme KO, entonces como ave fenix, resurgiré de mis cenizas. Hasta que vuelva a visitarme

lunes, 23 de junio de 2008

A noite de hoxe

Pois , si, hoxe é o San Xoán. o día das fogueiras e luminarias. O día en que se queiman tódalas cousas vellas que hai na casa. O día da purificación, mediante o lume, de todas esas cousas que non nos sirven para nada. Ou que si nos sirven, pero cando queremos encontralas, non somos capaces.
Para algúns é un día máxico, para outros é un día de culto pagano, para outros é un día como outro calquera. Pero a ninguén lle pasa desapercibido que hoxe é o día mais longo do ano.
Eu quemareialgunhas cousiñas, sobre todo herba. Pero tamén botarei o lume algunhas cousas que encontrei por aquí e por alá, para facer un sitio as cousas novas que van asomando.
Feliz vrán a todos
Ah e non vos esquenzades de poñer algunhas flores a lúa de San Xoan E mañá, lavarvos a cara con ese auga

martes, 17 de junio de 2008

Actualizando

Estaba yo pensando
en escribir algo,
como zel me ha recordado
tengo el blog
un poco abandonado
pues, ¿Que es más facil?
voy a escribir
un prqueño pareado
sin rima y sin repasarlo.
Las sílabas, ni las cuento
que no quiero pasar un mal rato.
Ya no se parece a un pareado
mas, parece algo disperso.
Van saliendo así
Unas cuanta palabras
que no parecen verso
más bien algo incierto
Pero el cometido
esta cumplido
el blog
Ha quedado
actualizado
Ays!
Se me olvidaba
Me falta dedicarlo
Va por ti, Zeltia, amiga
Para que después
no digas

Saraiba

viernes, 6 de junio de 2008

local hero, dire straits






Es increible como en un segundo, en décimas de segundo, puede cambiar la vida de las personas. Con el transcurso del tiempo, ese cambio brusco se va suavizando. Lentamente, poco a poco. Pero como decía alguien por ahí, hay resortes que hacen saltar los archivos del tiempo. Y hacen que se retroceda unos cuantos años. Y recuerdas que hace tiempo, en un día tal que hoy, te veas celebrando cumpleaños, sin saber, que ese será el último

jueves, 5 de junio de 2008

O Fogar da Brétema


O Fogar da Brétema
Conta a lenda que non moi lonxe de aquí, fai xa moitos moitos anos, nun lugar chamado o Fogar da Brétema, habitaba un pobo deses antigos, dos que ninguén se lembra xa,
Eran uns homes adicados o gando, á agricultura, e a recoller de aquí e acolá o que a nai terra lles regalara.
Era unha época de paz e harmonía, Non necesitaban loitar cos veciños para poder sobrevivir, as súas necesidades estaban cubertas. Incluso tiñan un día de festa cada lúa chea. Facían o troco cas poboacións preto deles: leite por peles, legumes por centolas, ferramentas por torques. E claro, tamén era o día escollido para render culto os seus deuses e deusas. Era o día dos druídas. Daquela venerábanse cousas tan sinxelas coma: A nai terra, que lles proporcionaba alimento; o pai sol, que lles subministraba calor e luz; o río, fillo da terra que nacía das súas entrañas; o mar, o gran descoñecido, moitos dos que se adentraban nel xamais regresaban, era unha fonte de misterio, e lle tiñan un gran respecto e temor. Tamén en este sentido de misterio e descoñecemento, rendíase culto a lúa, da cal dicían que cada día entregábase o mar, e este cada día dáballe a auga da vida, a cal devolvía a lúa chea. Pero todos estes misterios eran cousas dos chamans que entendían moito de estes enigmas tan complexos.
Os homes adicábanse mais a venerar os seus deuses locais, que lles eran mais familiares, coma por exemplo, o ídolo local, e fonte de riqueza para a rexión como era, o touro do Fogar da Brétema.






Este era un animal formidable, tanto era así co seu coidado non recaia sobre unha aldea, se non que se repartían o honor entre tódalas aldeas que compoñían o Fogar da Brétema. Xunto co ídolo, labrado en ouro, ían tamén 3 dos mellores exemplares de esta especie. A quenda remataba polo Sanhaim, o xefe da aldea, levaba os touros, axudado polos homes mais fortes do lugar, e cedíanos o mandamais do pobo que lle correspondía o seu coidado durante ese ano. Xunto co ídolo, mailos hastados, entregábanse tamén algúns dereitos, como o de facer as festas da lúa chea para ese pobo durante ese período de tempo; e moi importante, só os que tiñan os touros no seu poder, serían quen, de poder montalas vacas do seu poboado durante esa tempada con eses exemplares. Tamén era costume, que os becerros machos que naceran de outros animais, que non fosen os tres elixidos, serían sacrificados e faríase un gran banquete multitudinario, menos cas testas, que serían enterradas cos cornos para abaixo para render culto o seu ídolo de ouro. Mentres que as femias, servirían para dar leite, peles e traballar a terra. Polo contrario os becerros que nacesen da monta de estes animais serían tratados a corpo de rei, xa que serían os herdeiros dos machos adultos. Cando lles chegase a hora.
Estas e outras costumes, que iremos tratando polo miúdo, cando chegue a ocasión, eran, as que, marcaban a vida de estes pequenos poboados, que no seu conxunto formaban o clan do Fogar da Brétema, coñecido en lugares tan lonxanos que facían falta varias xornadas a pé para poder chegar a eles.
Deuse o caso, cun día, no que a brétema ocultaba por completo a entrada natural polo mar do asentamento; un formidable esteiro, no que, a entrada moi estreita e angosta, estaba vixiada permanentemente polos mais bravos guerreiros da tribu, entrou un barco oculto os ollos mais vivaces. Colouse ata as portas do pobo, principal, o que daba nome á comarca. Sen que ninguén se dera de conta da chegada dos intrusos. Cando o neboeiro se espallou os lugareños, viron o barco fondeado preto da veira da costa. Todos e cada un dos habitantes do pobo achegáronse a ribeira, atraídos pola curiosidade.





Era esta unha embarcación estrana, nunca se vira unha semellante por aquela zoa. Era mais grande que ningunha das utilizadas por alí, tiña un gran mástil central, pero o que mais chamaba a atención dos veciños, eran ás dúas figuras que tiña na proa e popa, dous enormes cornos . Cando mais ensimesmados estaban ollando o barco, unha chalupa, empezou a baixar polo seu costado.




O xefe do poboado púxose a fronte, a súa dereita o mago, e tras deles os guerreiros. Mais atrás as mulleres e nenos. Si quixeran atacar xa o terían feito ocultos entre a néboa. Cando viron os remeiros do pequeno barco, decatáronse que todos e cada un deles, tiñan por cabeza a dun touro, con longos cornos. E un deles os tiña tan, grandes, que todos creron que o seu ídolo tomara forma humana e viña ata a súa terra para ver si realmente as súas devocións eran verdadeiras ou non. Arribou a lancha a orilla, del saíron uns 10 homes, mailo, que tiña os cornos mais alongados . Os aldeáns deron un paso atrás, as mulleres e os nenos correron tralo valado, O seu aspecto daba arrepío . Viñan vestidos con peles, non se sabía a moi ben si eran vestidos o formaban parte do seu corpo. Peles e pelos estaban tan xuntos que era imposible distinguilos, Pero o que mais chamaba a atención eran as súas testas, non eran tales, só se podía distinguir, unha sorte de cabelos enmarañados e os cornos, e alá no fondo uns ollos , case todos eles azuis, que escrutaban dende a profundidade todo o que se movía o seu carón.




O druída mailo xefe, falaron con eles.
Os estranxeiros oiran falar das excelencias dos seus animais e do poder máxico que tiña o seu ídolo, e querían facerse con eles. Eran os fillos de Thor deus de deuses, e querían agasallalo cos mellores dos regalos. Escoitaran falar dos touros do fogar da Brétema, e se non llos daban polas boas levarían a destrución, non só a súa aldea, senón a toda a comarca, en forma dunha ola xigantesca, que mandaría o seu deus Thor, dende o confín do mar. As súas casas, vilas, e eles mesmos quedarían afundidos na inmensa marea que lles ía mandar. E así quedarían esquencidas para sempre da memoria dos homes, a súa pegada sobre a terra.
Tiñan dúas lúas para entregarlles os touros e sobre todo o ídolo máxico
Os homes fóronse a súa aldea, e os fillos de thor o seu barco.
Os Lugareños, non estaban dispostos a entrega-lo seu tesouro, tan doadamente os estranxeiros, si estes tiñan o deus protector, eles tiñan, tamén os seus deuses, e o gran touro, non os ía deixar desamparados, ante tales ameazas.
O druída reuniuse cos outros druídas, nun consello extraordinario, para atopar unha solución. Mais non a atopaban, a noite íase achegando, e a Brétema cubriu todo o val, non se vía, nada de nada, tan so notábase a humidade que o envolvía todo.
Pasou esa noite, ninguén durmira no poboado, O día despuntou e a brétema desapareceu, o sol brillaba e iluminaba todo. Os cornos escomenzaron a soar, chamando a todo o mundo: Homes, mulleres e nenos, correron ata o centro da aldea. O barco fuxiu con a Brétema, os seus deuses os salvaran do tráxico final. Os homes podían confiar nos deuses. Non os deixarían morrer, de esa maneira, e os deuses debían estar contentos con eles, xa que cada lúa chea ofrecíanlles os mellores dos agasallos, e as cabezas dos tenreiros, para alimentar a súa cornamenta. O mais seguro que durante toda a noite se librara a batalla entre deuses, e os seus venceran. A alegría volveu o poboado. Fíxose unha gran festa, ofreceron ofrendas o seu ídolo, Mataron porcos, galiñas, e becerros. Todo en honor o ídolo gañador da batalla, Beberon viño e cervexa quente. Cando chegou a noite, a brétema volveu a envolvelo todo, nunca antes se vira unha néboa tan espesa. Viña xel ada, podíase cortalo aire coa espada. Todos estaban bébedos, e fóronse durmir as súas casas. A noite transcorreu tranquila.
O día seguinte. O barco volvía estar varado na praia. Os primeiros en espertar, viron a súa silueta, co hastado na proa. Viron votalo bote e achegarse a veira da costa, viron baixar o cornilargo, seguido dos seus secuaces. Viron o druída ir falar con eles. E viron o xefe levantar a súa espada e de un so golpe, cortarlle a cabeza o seu sabio. Empezaron a soar os primeiros gritos, o pobo foise despertando. O xefe do pobo achegouse ata a beira, alí xacía o seu druída, con a testa separada do corpo e a súa sangue tinguindo de vermello o mar.
Falaron os xefes de ambos los dous bandos. Outra estocada e a cabeza do Brétema rodou pola area. E escoitouse un berro
“Quero os touros mailo ídolo dourado, se non, todos vos ides ter a mesma morte que os vosos xefes”
Non había outra solución, tiñan que atender a demanda do estranxeiro. Se o seu mago, e o mellor dos guerreiros e mais sabios non foran quen de vencelos ¿Como ían eles de ser capaces de facelo? E agora non tiñan guías que os mandasen.
Foron buscalos touros mailo seus deus. E llos entregaron os fillos de Thor. Xa saian estes pola bocana cando un gran estrépito, escoitouse ata o punto mais distante da comarca, unha tremenda ola, acabou co barco, e afundiu o val quedando so a vista as os outeiros da parte norte. Ninguén puido escapar da tremenda marea. Todos quedaron soterrados na auga. Cando os habitantes da aldea veciña se achegaron o lugar, viron con gran asombro que a aldea do fogar da brétema, desaparecera. E no seu lugar, so había un inmenso lago.
Pero alí no medio, parecía que había algo flotando. Trouxeron un bote, e algúns remeiros achegáronse o lugar, Aquelo que viran era un cestiño con dous meniños dentro.
Era o único que quedaba do pobo chamado. O fogar da brétema.
Contase tamén que dende aquela, escoltasen estranos, ruídos dende o fondo do lago, así como o muxir dun touro. Outros din que son os lamentos dos aldeáns, que aínda facendo o que os estranxeiros lles mandaran víronse afundidos xunto co seu ídolo no fondo do mar.
Cando as augas baixaron un pouco do nivel, víase a entrada dunha cova dende a outra orilla, ninguén se atrevía a entrar nela xa que dende alí os lamentos eran terroríficos. Pero esta xa é outra historia.

Fin
Saraiba
Agradezo a colaboración involuntaria e forzosa dos blogs e páxinas web de onde "roubei" as fotos, as miñas disculpas pola rapiña.

viernes, 9 de mayo de 2008

TACONATÁ

Hoy voy a enseñaros algo de Ferrol de la mano, mejor dicho de los pies, de otra famosa ciudadana ferrolana. Le llamaban Taconatá. Era una de tantas mendigas, pero como cada persona tenía una peculiaridad, iba recorriendo las calles de Ferrol a todo filispín*(1). No se quedaba quieta en lugar pidiendo, no, no, ella recorría las calles de Ferrol, de izquierda a derecha y de arriba abajo. Cuando alguien le daba una limosna decía ”Nunca chejamos a ricos” Y seguía caminando. Sin mirar a quien le había dado aquellas motas.
Salía de su casa, una vivienda en ruinas en la calle Atocha, bajaba hasta la calle del Sol, pasaba delante del cine Rena (Ya desaparecido) y se iba hacia la plaza del Marques Amboage. Personaje éste nacido en Ferrol, hizo las américas con la trata de esclavos, y regresó a Ferrol millonario y marques, a su muerte dejó escrito en su testamento que con su fortuna se hiciese una fundación con su nombre, en cuyos estatutos venía consignado que cada año se repartiesen entre los 100 vecinos más pobres de Ferrol la cantidad de 5000 pesetas, tocando a cada uno 50 pesetas que se repartirían el 31 de agosto, día de San Ramón, que así se llamaba dicho marques. Otro de los artículos del estatuto de dicha fundación decía que: todo joven de baja condición que destacase por trabajador y honradez, recibiría la cantidad de 1500 pesetas, para su exención del servicio militar, sólo las familias más pudientes se podían permitir este pago para librar a sus hijos del servicio militar. Aún cuando yo era niña, y ya no había manera de librarse de hacer la mili, se seguían pagando estas 1500 pesetas a los peludos nacidos en Ferrol, aparte de su soldada.
Pero bueno, estas son otras historias, tenemos a Taconatá entonces en la Plaza de Amboge, y con paso rápido, se dirige hacia la calle Real, por esta calle, la más principal de la ciudad paseaban, las pichoneras, con sus flamantes sombreros tocados con plumas de pichón, recogidas seguramente en la Plaza de Armas, en vez de las plumas de faisán que llevaban las señoras de bien adornando sus cabezas. Alguna que otra le daba algunas monedas, y ella decía su frase “nunca chejamos a ricos” y seguía su itinerario.
Corre que corre sin parar va hacia la cocina económica, allí están ya El Serranillo, Fabián con su flauta, Pantín, Petra la Cagalla (A saber el porqué de este nombre) y otros muchos mendigos que iban a esa casa en la calle del Carmen por su ración diaria de comida, en muchos casos la única en todo el día. El patrón Juanito, ordenanza de la institución iba tomando nota de quien iba, quien intentaba ir por segunda vez, quien faltaba ese día, era una manera de poder tener un control sobre los pobres de la ciudad, si alguno de ellos faltaba más de 3 días consecutivos, sonaba la voz de alarma entre los demás.
Después de despachar la sopa y poco más, Taconata, volvía a su quehacer diario, que no era otro que recorrer las calles una y otra vez. Se encontró a El Legionario, el recadero de las putas de la Calle San Pedro, que se hizo el de Cobas *(2), cuando ella extendió la mano, Y dijo ”Nunca chejamos a ricos” También vio como Paca la Peixa, pescadera y bebedora habitual, echaba el polvo*(3) un descampado detrás de la Plaza del Callao, donde ahora es la Comisaría de Policía.. Y la saludó ”Nunca chejamos a ricos” Se metió por la calle San Pedro, allí siempre pillaba algo, Vio a unos crios cantando a voz en grito

La conacha de palmira

tiene dos departamentos

uno para los soldados

y otro para los sargentos.

“Nunca chejamos a ricos” gritaron los niños al ver aparecer a Taconata.

Amparo Escardilla, salió del prostíbulo que regentaba a espantar a los chavales que se fueron gritando y corriendo calle abajo. Le dio una moneda a Taconata “Nunca chejamos a ricos” Y vuelta de nuevo a callejear por las calles del centro. Ya de regreso a su casa se encontró con El Nacho da Coruña, como siempre haciéndose el sabiondo, daba un discurso rodeado de pelones, que acababan de llegar en el nuevo reemplazo de marineros, a saber que les estaría contando.
Ya había acabado la jornada para Taconata.
Cuando murió, se dice que se encontraron 10 millones de las antiguas pesetas debajo del colchón ¿Será una de tantas leyendas urbanas?

Saraiba

a todo filispín*(1) ferrolanismo a toda velocidad, del inglés "full speed"
hizo el de Cobas *(2)ferrolanismo hacerse el despistado
echar el polvo*(3) ferrolanismo, echar la basura
Otro día pongo fotos

miércoles, 23 de abril de 2008

PACHARITA

Pachara

Pachara es un personaje típico en las calles ferrolanas. Lleva visera y va armado de libreta y lápiz..
Pachara, o Pacharita, como se le conoce en Ferrol, parece ser que es hijo de otro Pachara legendario, vendedor de periódicos, Que se publicitaba al grito de
”La voz de Galicia, Ferrol Diario……Non o compredes que é unha merda”
Así Pacharita recogió el oficio del padre. Pachara hijo iba por las calles de Ferrol con un fardo de periódicos debajo del brazo, a la vez colocaba las vayas que los municipales habían puesto, si estaban mal colocadas, dirigía el tráfico en calles de Ferrol, y de ahí, le vino el oficio de apuntar cuidadosamente las matriculas de los coches que infringen la ley, estando mal estacionados, metiéndose por dirección prohibida etc y después lleva sus notas a los munipas, que ojo, hasta puede que le hagan caso y todo.
Es fácil de reconocer, como he dicho, lleva visera, un gran puro que nunca se acaba, y siempre está rodeado de palomas, a las que da de comer. Deben ser las únicas que le tienen cariño, porque de todos es conocida su mala leche. Si te ve aparcando, de aquella manera (en doble fila, encima de la acera etc.) te arma tal expolio que de la vergüenza ya te vas con el coche a otro lado, no sin antes quedar la matrícula bien anotada en su libreta.
La última vez que lo ví estaba en los Cantones, libreta en mano y echando la bronca a unos hombres bien trajeados que separaron las vayas municipales para la feria del libro, y habían dejado el auto en la zona donde debían ir los toldos al día siguiente.
Ahora debe andar sobre los sesenta y pico largos. Parece que está medio sordo, y al no oír lo que le dicen, las broncas son mayores. Yo, hace ya mucho tiempo que no lo veo por las calles de Ferrol. No sé qué habrá sido de él. Y si aún continúa tomando nota de las matrículas de los coches mal aparcados
Así es y así lo han retratado

Mahamud

sábado, 19 de abril de 2008

Os mapas da costa galega de Pedro Texeira


Os mapas da costa galega de Pedro Texeira
En 1634 o cosmógrafo portugués Pedro Texeira asinou o que sería o maior proxecto cartográfico da Coroa española durante o século XVII, “La descripción de España y de las costas y puertos de sus reinos”. Por encargo do rei Felipe IV, en 1622 un equipo de cosmógrafos percorreu todo o litoral español, dende Fuenterrabía ata a fronteira catalana con Francia, investigando con detalle a topografía das costas do reino. O obxectivo era proporcionar un importante instrumento de estratexia de defensa militar que lle permitía á coroa coñecer con precisión portos, refuxios e zonas con posible utilidade militar. O resultado é unha fermosa colección de vistas “aéreas” das rías galegas, tal e como estaban dispostas e habitadas no século XVII. Deste xeito, podemos coñecer a fasquía antiga de Ribadeo, de Viveiro, de Ortigueira e Cariño, de Cedeira, da Coruña e Ferrol, de Betanzos, Corme, Laxe, Camariñas, contemplar unha batalla naval en Fisterra, ver Muros e Noia, distinguir as diferentes vilas aurosanas, como Ribeira, os pobos que conformaban a antiga Pobra do Caramiñal, Cambados, Vilagarcía, Vilanova. Nas Rías Baixas, pódense ver tamén Pontevedra, Cangas, Vigo, Baiona e A Guarda. Estas imaxes foron extraídas da publicación dixital: Planos e debuxos de Arquitectura e Urbanismo. Galicia nos séculos XVI e XVII.O proxecto foi dirixido polo profesor da USC Alfredo Vigo Trasancos e a coordinación de Jesús Ángel García e Miguel Taín Guzmán. A edición orixinal en CD-Rom patrocinada polo Consello Galego de Colexios de Aparelladores e Arquitectos Técnicos.

Me he quedado alucinada de lo bonitos que son

martes, 15 de abril de 2008

Una postal en vivo







Eran alrededor de las 7:30 de la mañana. Iba conduciendo mi coche por una carretera que bordea la ría. Todavía era de noche. Por el oeste ya se dejaba ver un tenue resplandor El cielo negro, muy negro, lleno de puntos brillantes. Y al dar la primera curva a la derecha, la vi.Era una postal, de ésas que se compran a 25 céntimos de euro Paré el coche en la cuneta Estuve unos 15 minutos observando aquel paisaje que se asomaba a mis ojos A mis pies estaba la ría, en ella se reflejaban las luces de la ciudad, allí al otro lado. A la izquierda, el puente que la atraviesa. Más allá del puente, el astillero. En el cual se hallaba el Buque Escuela Argentino, velero de gran envergadura, con sus velas plegadas y esperando a ser reparado. A la izquierda, el nuevo puente de la autopista, Más a la izquierda todavía, un pequeño pueblo, del cual sólo se podían ver sus luces encendiéndose poco a poco. En el medio de la ría, un camino amarillo, seguía la dirección de los puentes. Otro camino más, hecho por la luz de una luna llena, esplendorosa, reflejada en el mar. Una luna amarilla, casi diría que anaranjada. Como una gran bola de cristal, a punto de estallar en mil pedazos, brillando, como si tuviese luz propia. A ambos lados de este camino, visual, se apreciaban pequeñas lucecitas, En un principio, se asemejaban a estrellas fugaces, pero en el mismo momento que atravesaban por el camino de luz que emanaba del mar, se veía claramente que eran pequeñas embarcaciones, que empezaban, o acababan su faena diaria.
El brillo de esta luna, no parecía el reflejo del sol, que por el lado contrario, asomaba cada vez más, su intenso poderío de luz y color, poniendo a las pequeñas colinas que se alzaban a mis espaldas la claridad suficiente para transformar, el negro de las sombras, en verdes, marrones, y ocres
El mar estaba quieto, no se movía Estaba paralizado, por miedo a romper el camino que tenía entre sus manos. Por temor a romper la magia de esa imagen
Estuve observando esta postal durante un largo rato. Girando la cabeza de un lado para otro e intentando grabar esta imagen en mi mente. Asombrándome de lo que estaba viendo. Y como, a cada instante, esta postal se iba modificando como si tuviese vida propia No se puede describir con palabras, Ni siquiera con una imagen. Necesitaría una cámara de video, para poder mostraros lo que ví ese día. Y aún así, no se podría percibir todos los momentos, de ese cuarto de hora perdido, viendo un camino reflejado en el mar