viernes, 9 de mayo de 2008

TACONATÁ

Hoy voy a enseñaros algo de Ferrol de la mano, mejor dicho de los pies, de otra famosa ciudadana ferrolana. Le llamaban Taconatá. Era una de tantas mendigas, pero como cada persona tenía una peculiaridad, iba recorriendo las calles de Ferrol a todo filispín*(1). No se quedaba quieta en lugar pidiendo, no, no, ella recorría las calles de Ferrol, de izquierda a derecha y de arriba abajo. Cuando alguien le daba una limosna decía ”Nunca chejamos a ricos” Y seguía caminando. Sin mirar a quien le había dado aquellas motas.
Salía de su casa, una vivienda en ruinas en la calle Atocha, bajaba hasta la calle del Sol, pasaba delante del cine Rena (Ya desaparecido) y se iba hacia la plaza del Marques Amboage. Personaje éste nacido en Ferrol, hizo las américas con la trata de esclavos, y regresó a Ferrol millonario y marques, a su muerte dejó escrito en su testamento que con su fortuna se hiciese una fundación con su nombre, en cuyos estatutos venía consignado que cada año se repartiesen entre los 100 vecinos más pobres de Ferrol la cantidad de 5000 pesetas, tocando a cada uno 50 pesetas que se repartirían el 31 de agosto, día de San Ramón, que así se llamaba dicho marques. Otro de los artículos del estatuto de dicha fundación decía que: todo joven de baja condición que destacase por trabajador y honradez, recibiría la cantidad de 1500 pesetas, para su exención del servicio militar, sólo las familias más pudientes se podían permitir este pago para librar a sus hijos del servicio militar. Aún cuando yo era niña, y ya no había manera de librarse de hacer la mili, se seguían pagando estas 1500 pesetas a los peludos nacidos en Ferrol, aparte de su soldada.
Pero bueno, estas son otras historias, tenemos a Taconatá entonces en la Plaza de Amboge, y con paso rápido, se dirige hacia la calle Real, por esta calle, la más principal de la ciudad paseaban, las pichoneras, con sus flamantes sombreros tocados con plumas de pichón, recogidas seguramente en la Plaza de Armas, en vez de las plumas de faisán que llevaban las señoras de bien adornando sus cabezas. Alguna que otra le daba algunas monedas, y ella decía su frase “nunca chejamos a ricos” y seguía su itinerario.
Corre que corre sin parar va hacia la cocina económica, allí están ya El Serranillo, Fabián con su flauta, Pantín, Petra la Cagalla (A saber el porqué de este nombre) y otros muchos mendigos que iban a esa casa en la calle del Carmen por su ración diaria de comida, en muchos casos la única en todo el día. El patrón Juanito, ordenanza de la institución iba tomando nota de quien iba, quien intentaba ir por segunda vez, quien faltaba ese día, era una manera de poder tener un control sobre los pobres de la ciudad, si alguno de ellos faltaba más de 3 días consecutivos, sonaba la voz de alarma entre los demás.
Después de despachar la sopa y poco más, Taconata, volvía a su quehacer diario, que no era otro que recorrer las calles una y otra vez. Se encontró a El Legionario, el recadero de las putas de la Calle San Pedro, que se hizo el de Cobas *(2), cuando ella extendió la mano, Y dijo ”Nunca chejamos a ricos” También vio como Paca la Peixa, pescadera y bebedora habitual, echaba el polvo*(3) un descampado detrás de la Plaza del Callao, donde ahora es la Comisaría de Policía.. Y la saludó ”Nunca chejamos a ricos” Se metió por la calle San Pedro, allí siempre pillaba algo, Vio a unos crios cantando a voz en grito

La conacha de palmira

tiene dos departamentos

uno para los soldados

y otro para los sargentos.

“Nunca chejamos a ricos” gritaron los niños al ver aparecer a Taconata.

Amparo Escardilla, salió del prostíbulo que regentaba a espantar a los chavales que se fueron gritando y corriendo calle abajo. Le dio una moneda a Taconata “Nunca chejamos a ricos” Y vuelta de nuevo a callejear por las calles del centro. Ya de regreso a su casa se encontró con El Nacho da Coruña, como siempre haciéndose el sabiondo, daba un discurso rodeado de pelones, que acababan de llegar en el nuevo reemplazo de marineros, a saber que les estaría contando.
Ya había acabado la jornada para Taconata.
Cuando murió, se dice que se encontraron 10 millones de las antiguas pesetas debajo del colchón ¿Será una de tantas leyendas urbanas?

Saraiba

a todo filispín*(1) ferrolanismo a toda velocidad, del inglés "full speed"
hizo el de Cobas *(2)ferrolanismo hacerse el despistado
echar el polvo*(3) ferrolanismo, echar la basura
Otro día pongo fotos

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Saraiba, tienes un trabajito que recoger en mi blog

saraiba dijo...

Como te decia no teu blog, farei un post, con publicidade gratuita de todos eses blogs que ti nombras, e listo. Non me como o tarro, que a miña cabeza non da para mais
Bicos miles

Ata o finde non poderei facelo

Insumisa dijo...

Me leo lo que publicas y me llevas al lugar. Gracias Saraiba por comunicar de esta manera, parte de lo que vives en tu lado del mundo.
Muchos besos

Paz Zeltia dijo...

Me gustan mucho las crónicas de tu ciudad. Esas historias de los personajes que formaron parte de la ciudad, que contribuyeron a que hoy sea como es.

saraiba dijo...

A mi también me gustan, seguiré con ellas.
Aún debo las fotos de taconata

Alejandro Ávalos dijo...

El relato está muy bien, pero cometes un error de bulto, a quien te refieres no era Taconatá, se llamaba Maruxa o Maruxiña, una mujer entrañable...

saraiba dijo...

Hola Alejandro
Muchas gracias por leer el relato.
Puede que si Alejandro. Creo que a muchas mujeres "peculiares" en Ferrol se les atribuye ser Taconatá. Recuerdo que una vecina de mi calle también se le atribuía este nombre, por tener las mismas características generales de taconatá: Ir rápido de un sitio a otro, no tener muchos recursos en teoría,ir vestida de una forma diferente etc. Otra mujer que me viene a la mente y que conocí en persona, iba dando bastonazos a la gente , y también decían que era taconatá. Estas dos estoy segura que no eran. No corresponden a la época, ya que son coetáneas mías y yo no conocí la calle San Carlos como referente de puticlubs.
De todas formas si tienes datos que corroboren tu teoría me gustaría conocerlos ya queme interesa mucho la historia de Ferrol a través de sus personajes peculiares. Aunque no sea la misma taconatá de mi relato, estoy segura que su historia será fascinante.
Muchas gracias por tu comentario
Saludos

Anónimo dijo...

Esa mujer de la que hablas, era Maruxiña, "nunca chejamos a ricos". Con sus trencitas y un pañuelo en la cabeza. Taconatá era otra mujer, morena pequeñita, que siempre se tapaba la boca con la mano, y decía, "es costume"...