Y ya estamos en el 2º día.
La noche estuvo un poco accidentada. En un principio dormiríamos en el estudio de Steffy, después de cambiar el piano para la habitación de al lado para poder acomodar otra cama en ese cuarto, vimos que espacio… no quedaba mucho, entonces vuelta a colocar el piano en su sitio original. Y decidimos dormir en el cuarto de Steffy, que tan gentilmente nos prestó. Así, ya teníamos donde dormir. Después tuvimos que elegir de qué lado de la gran cama dormiría cada una
-Mejor tu duerme de ese lado que por aquí hay mucho cable suelto y si tienes levantarte en medio de la noche no habrá obstáculos- Mi amiga me conoce bien y sabe que dormida y sin lentillas soy un fenómeno destrozando cosas
-Vale-Respondí yo, ya durmiendo.
Y….en medio de la noche. Catacrash pum chimpum Un primer diagnóstico de la situación, ya nos hizo comprender que el DVD de Steffy se había perjudicado un poco. Pero a la mañana, ya más despiertas, observamos que el DVD se había ido al carajo. Al decírselo a Steffy, se puso muy contenta, ya que ella, desde hacía un tiempo le estaba diciendo a su madre, Alicia, que necesitaba un nuevo DVD con mando a distancia. Creo que fue en este momento cuando Steffy nos adoptó como tías
Pero, en fin, a lo que íbamos. Ese día, nuestra guía particular, Clau, nos tenía planeado un lindo itinerario. Por la mañana iríamos a
San Telmo y por la tarde a
Puerto Madero .
Así de primeras y por la mañana, nos desayunamos unas facturitas
que habíamos ido a buscar Clau y yo a una tienda cerca del piso de Steffy, A pesar que yo iba sin lentillas y en pijama, me di cuenta en seguida que los chicos que despachaban esas facturitas, no estaban del todo mal, más bien por la silueta que otra cosa, sin mis lentes de contacto no podía ver. Y yo con esas guisas. Y no sería la última vez que me lanzaría a la calle en pijama, eso, si, con las lentes puestas.
Ya en San Telmo, lo primero que vimos, fueron unos chicos, que portaban unos grandes letreros en los que se leía “ABRAZOS GRATIS” Como desaprovechar esta oferta con lo caro que está hoy en día todo. El abrazo fue muy caluroso y afectivo, a pesar que no conocía de nada a este chico. Al notar mi acento, me preguntó de donde era, yo le dije ” gallega de Galicia” Había que hacer esta especificación, ya que para los argentinos son gallegos todos los españoles, y según en que circunstancias y tono lo digan, puede llegar a ser un insulto. A pesar que, quien más quien menos, tiene algún pariente gallego entre sus ancestros, “gallegos” incultos y burdos que un día tuvieron que irse de su tierra para ganarse el pan de cada día. Y como ocurre ahora en España, los emigrantes ocupaban los puestos de trabajo que los nativos no querían para ellos. Un círculo vicioso que esperemos no siga su evolución
Pero me estoy desviando del tema en cuestión y es que el abrazo que le di a aquel chico, descendiente de “gallegos” de La Coruña, fue especial. Esto hizo que me desinhibiese un poco y gastase bromas con otros tipos que querían charlar un rato. Como con aquel señor del puesto en el mercadillo de la plaza Dorrego que me preguntó que me podía vender, y yo le respondí que a él, pero al final, no llegamos a un acuerdo, sobre la moneda en la que debía pagarle, si en €, en dólares o en pesos.
También vimos espectáculos de tangos en la calle, maravilloso, ver bailar a aquellos bailarines. Una explicación de donde venía el tango, que me sorprendió saber que en un principio el tango se bailaba entre hombres. Una orquesta tanguera tocaba los compases del tango en una calle cercana a la iglesia de San Pedro. Y así entre tangos nos fuimos a comer a una parrillada cerca del barrio de San Telmo para recuperar fuerzas y seguir por la tarde a Puerto Madero.
La parrillada consistía en diversas carnes a la parrilla: desde pollo, riñones, mollejas, chorizos de diversos tipos, costillas, en fin, buenísima
Ya acabada la parrillada, vino Sulma, hermana de Clau, que nos acompañó en nuestro paseo por Puerto Madero.
Allí pudimos ver un gran reciclaje, lo que antes era viejo e inservible, se convirtió en pisos lujosos, grandes hoteles, bonitos restaurantes, cafeterías, Y un estupendo paseo en el que tuvimos la oportunidad de ver los buques escuela argentinos, de cuyos nombres no me acuerdo. Así como el puente, diseño de Catalabra,
de la mujer, Que representa a una pareja bailando Tango.
Acabamos la tarde en uno de esos cafés, yo, tomando un trago del día especialidad de la casa, que no sé que llevaba, pero estaba muy bueno. Y las demás, pues , tampoco me acuerdo.
El cielo estaba rojo, muy rojo.
Y la temperatura era muy agradable,
Ya a la noche, nos decidimos a conocer una parte de la marcha porteña. Y nos fuimos de copas a uno de los barrios de marcha. Estaba un poco apagadillo, pero nosotras no estábamos tampoco muy alumbradas. Nos sentamos en una mesa en el exterior de un local. Y por allí pasaron, desde un chico que vendía algo, hasta una grafóloga que por la firma adivinaba nuestra personalidad, y otra señora que algo hacía también con nuestros nombres en acróstico.
Y cansadas nos fuimos a dormir, al día siguiente nos esperaba La Boca